Finalmente Telefónica ha cumplido su amenaza. Ha llegado la Red de dos velocidades. La compañía de César Alierta ha encontrado la forma de que los proveedores de contenido le paguen por pasar por "sus" redes, redes que en realidad se construyeron con el dinero de todos los españoles. Después de unos nuevos ingresos que se presumen multimillonarios habrá que ver qué nueva excusa inventan para seguir negándose a mejorar unas infraestructuras de telecomunicaciones claramente obsoletas, tanto que nos sitúa como el país europeo con el peor ADSL de toda la Unión.
18-09-2011 - Se ha generado un gran debate en la Red sobre si esta cuestión afecta o no a la Neutralidad de Internet. Con este artículo intentaremos arrojar algo de luz sobre el asunto.
La postura comprensiva
Algunos argumentan que no sólo no se rompe la Neutralidad de Red sino que además va a resultar en una mejora en la experiencia del usuario. Lo que hace Telefónica es simplemente crear una CDN que albergará los contenidos más populares de los proveedores de contenido como Google al estilo de un mirror. Según esta postura no se viola la Neutralidad de Red porque a los usuarios no se les enlentecen las demás conexiones y además los contenidos alojados en esa CDN les llegarán más rápido ya que al estar alojados en los servidores españoles de Telefónica tienen que recorrer un camino más corto (menos nodos) para llegar al usuario final que se encuentre en territorio español. Para llegar a un cliente de Zaragoza, por ejemplo, los datos de un proveedor de contenido de California no tendrían que llegar primero a las redes españolas y distribuirse después hasta el ordenador del abonado en cuestión de Zaragoza, sino que ya estarían disponibles en las redes españolas. Por tanto, menos nodos que recorrer significa mayor velocidad de acceso y menor latencia, algo fundamental para datos multimedia como streaming de audio y vídeo. Además no se producen colapsos de acceso a contenidos muy populares ya que éstos están replicados varias veces, reduciendo así la carga de conexiones del servidor original donde se alojan.
Por tanto, el argumento de quienes defienden que este movimiento de la operadora no afecta a la Neutralidad de Red es que además va a resultar beneficioso para el usuario final.
Pero...¿qué es una CDN?
Una CDN (Content Delivery Network, Red de Distribución de Contenido) no es más que una red de ordenadores de gran capacidad de almacenamiento que actúan a modo de caché de datos (sean éstos archivos de datos, imágenes o streams de audio y vídeo) Siguiendo con el ejemplo anterior, Telefónica almacenaría una copia de ese contenido originario de California en sus propias redes. De esta manera, el servidor de California se ve liberado del colapso que podría sufrir si de pronto ese contenido es muy popular en el mundo ya que no debe atender directamente las peticiones de cientos de miles de usuarios a la vez sino que basta que lo entregue a unas pocas decenas de "usuarios" en el mundo (las CDNs que lo quieran albergar) y estas CDNs serán las que reciban las peticiones directas de los usuarios finales sirviendo el contenido por tanto a un menor número de usuarios y reduciendo así, en el caso del vídeo, los cortes producidos por un excesivo número de conexiones, al verse éstas reducidas. Dicho de forma resumida, lo que hacen las CDNs es optimizar las redes reduciendo el número de conexiones en cierto modo redundantes que se producirían, liberando de carga al servidor original que alberga el contenido.
Básicamente es lo que viene haciendo desde hace mucho tiempo empresas tan conocidas como Akamai Technologies. Cualquier usuario que se fije en la barra de estado de su navegador puede comprobar como en ocasiones muestra que se están descargando datos de algún servidor de Akamai. Lo que está ocurriendo en esos momentos es que el usuario está accediendo a una de esas copias del contenido en lugar de acceder a la fuente original.
Por todas estas ventajas es por lo que Telefónica y las empresas que siguen estos modelos argumentan que no sólo no rompe el principio de Neutralidad de Red sino que además mejora la experiencia del usuario. Esto es más que notorio en el caso de webs de vídeo como YouTube, donde todos hemos podido comprobar cómo a veces el vídeo que estábamos reproduciendo se pausaba esperando recibir los datos que vienen a continuación porque había saturación en la Red o ni siquiera se podía comenzar a reproducir el vídeo porque había muchos usuarios tratando de acceder a él simultáneamente.
Por tanto, desde el punto de vista del usuario final parece que no hay problema de Neutralidad. Ahora veremos que en realidad sí existe ese problema.
La postura crítica
Esta idílica situación no lo es tanto. Una CDN no hace nada gratis. Aquellos proveedores de contenido que quieran albergar datos en la CDN de Telefónica tendrán que pagarle por ello. Es el gran sueño de Alierta, cuando decía recientemente que los proveedores de contenido que más tráfico generan debían de pagar a la compañía por atravesar "sus" redes. Lo que se le "olvidó" mencionar al presidente de la compañía es que "sus" redes son realmente de los españoles, que fueron los que financiaron su construcción vía impuestos cuando era una compañía pública. Porque desde que pasó a ser privada, las inversiones en mejorar las obsoletas infraestructuras de telecomunicaciones que sufrimos en España no se han caracterizado por su abundancia. Como muestra un botón: en barrios no precisamente marginales de Madrid, muchos clientes no tienen velocidades superiores a 1 Mega no porque no estén dispuestos a pagarlas sino porque Telefónica no dispone de la infraestructura necesaria para poder ofrecerlas. Y si esto ocurre en Madrid, puede cualquiera imaginarse cuál es la situación en multitud de pequeños pueblos aislados del resto del país.
Pero lo que también "olvidó" mencionar César Alierta es que los proveedores de contenido tampoco tendrían que pagarle por atravesar "sus" redes, aunque éstas fueran realmente suyas. Cuando un usuario contrata con Telefónica, le está pagando como cliente por usar esas redes. A partir de aquí, qué sitios decida visitar ese cliente y cuáles no es decisión única y exclusivamente suya, ya que está pagando por hacerlo. Si de pronto miles de usuarios deciden acceder a un mismo sitio porque es muy popular y ese sitio se convierte en "gran proveedor de contenido" no es un asunto que incumba a la operadora, porque esos clientes ya le están pagando por ese acceso.
Ahora que van a ingresar cantidades multimillonarias por los pagos de los proveedores de contenidos para que los alberguen en su CDN, estamos ansiosos por conocer cuál será la nueva excusa de la compañía para evitar, una vez más, mejorar las infraestructuras de telecomunicaciones que padecemos en este país. ¿Irá ese dinero a mejorar las redes? ¿O irá a retribuir aún más a sus directivos mientras realizan EREs para ahorrar en gastos de personal?
Pero volviendo al tema que nos ocupa, ¿qué ocurre con las start-ups y todas las pequeñas empresas que pretendan servir contenido en la red? Pues por su propia naturaleza de empresas pequeñas recién creadas, no dispondrán de recursos para poder pagar a las CDNs para que alberguen sus contenidos y mejore también la experiencia del usuario. En consecuencia el usuario que quiera acceder a estos contenidos se verá sometido a una mayor latencia de su conexión, a cortes o pausas en esa transmisión de streaming de audio y vídeo y al final irá optando por abandonarlos en favor de proveedores mayoritarios como Google que sí pueden pagar por albergar su contenido en una CDN. O lo que es lo mismo, se estará distorsionando el mercado a favor de los grandes proveedores de contenido mediante el sistema de asfixiar a los pequeños.
En esencia, se trata de lo mismo que ocurrió cuando las grandes superficies irrumpieron en nuestro país. Las pequeñas tiendas traían los productos que los clientes demandaban, muchas veces incluso por encargo. Pero llegaron los grandes hipermercados con un poder económico infinitamente mayor. Ésto les permitía no sólo ofrecer precios más bajos para captar los clientes de las pequeñas tiendas (dado que compraban a sus proveedores en cantidades mucho mayores y por tanto en condiciones mejores que las tiendas de barrio) sino también adoptar unos horarios de apertura mucho más extensos que los que podían ofrecer las tiendas pequeñas, normalmente regentadas por una o dos personas solamente. El resto de la historia ya la conocemos: en un hipermercado sólo podremos encontrar una o dos marcas como mucho de un tipo de producto determinado. Y en muchas grandes superficies además se da preferencia a las marcas blancas para intentar concentrar aún más la oferta. Cuando queremos un producto concreto no siempre lo podemos encontrar.
Pues bien, en Internet acabará sucediendo exactamente lo mismo. El ISP dominante acabará determinando qué productos pueden "consumir" sus abonados y cuáles no. Y cuando una empresa pequeña trate de entrar en el mercado de los proveedores de contenidos no podrá hacerlo porque ya partirá en clara desventaja frente a los proveedores que sí puedan pagar para albergar su producto en la CDN de Telefónica.
Pero la distorsión del mercado y el perjuicio a los usuarios finales va mucho más allá. Si una empresa quiere constituirse en ISP tampoco tendrá ninguna posibilidad ya que no dispondrá de los recursos necesarios para crear una infraestructura CDN como la del operador dominante. En consecuencia, los clientes de ese pequeño operador compararán y pensarán por ejemplo: "los vídeos de YouTube van mucho más lentos aquí que en Telefónica, así que tendré que cambiarme a Telefónica"
Muchas de las grandes ideas y proyectos que hoy disfrutamos en Internet (Facebook es el ejemplo más relevante en la actualidad) nacieron "en los garajes" como suele decirse en alusión a que fue una idea brillante que desarrollaron unos pocos amigos reunidos en un bar o en una Universidad sin apenas medios pero que pudo llevarse a cabo gracias a la libertad de acción que proporcionaba Internet y a que ésta era una red libre y neutral donde todos los bits eran tratados por igual, sin importar el tamaño de la billetera. Este modelo de innovación y creatividad que ha proporcionado el auge tan rápido de la Red corre riesgo de desaparecer con movimientos como éste. A partir de ahora los nuevos proyectos en Internet sólo podrán nacer en el seno de grandes corporaciones, donde puedan estar respaldados por presupuestos millonarios. Si se permite una Red de dos velocidades, toda la innovación y la creatividad en este ámbito se verán seriamente comprometidas.
Las consecuencias para la competencia no son, por tanto, tan pequeñas como pretenden darnos a entender alabando las virtudes de la CDN y haciéndonos creer que la Neutralidad de Red no está en peligro.
La trampa de la Neutralidad
Uno de los motivos por los que mucha gente no ve afectada la Neutralidad de Red en todo este asunto es que realmente no se le prohíbe acceder al usuario al contenido de los pequeños proveedores. El usuario sigue siendo libre de acceder a ellos u optar por los grandes.
Pero lo que no se dice es que un usuario que no entienda nada de estos temas lo único que verá es una diferencia abismal de calidad de la transmisión cuando acceda a proveedores minoritarios y cuando acceda a los grandes. En consecuencia, esa persona acabará recurriendo a los grandes proveedores porque verá que con ellos tiene una experiencia fluida, sin interrupciones y una mayor velocidad de acceso.
Los proveedores de contenido pequeños, incapaces de poder pagar a las CDNs, verán cómo los usuarios con los que cuentan se irán reduciendo paulatinamente y al final desaparecerán.
Desde el punto de vista del usuario, aunque no se le prohíba acceder a ellos, el efecto final será el mismo porque una vez que desaparezcan los proveedores pequeños, tampoco podrá acceder a sus servicios y tendrán que recurrir necesariamente a los grandes proveedores como Google y plegarse a lo que éstos quieran ofrecerles.
En resumen y después de todo lo publicado últimamente en relación a si afecta o no este movimiento de Telefónica a la Neutralidad de Red, tenemos que concluir contundentemente que sí. Afecta a la Neutralidad de Red y además distorsiona el mercado de los contenidos en Internet significativamente.
Asociación de Internautas
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